divendres, 14 de juny del 2013

Monarquía española, el legado del dictador

Font: La República

Joan Francesc Bayan
 
Actualmente, la monarquía española se encuentra por decir decirlo, en una situación complicada debido a situaciones como la posible imputación de la infanta Cristina o las majestuosas cacerías del monarca en plena crisis económica el año pasado. La confianza y simpatía en la corona decrece por momentos. Ahora es el momento de recordar como fue la instauración de la corona después de 45 años sin ella.

Alfonso XIII, abuelo del actual monarca español Juan Carlos I, abandona España el día 14 de abril de 1931, después que las elecciones municipales convocadas por el mismo dieran una victoria aplastante a los partidos republicanos y el mismo menciona su partida como la única solución para evitar una guerra civil en España, una guerra entre compatriotas. El mismo 14 de abril se proclama la segunda república española que duraría hasta el final de la guerra civil española, el 1 de abril del 1939, donde gracias a la victoria del bando nacional empezaría una larga dictadura que tendría como protagonista a Francisco Franco Bahamontes.

Franco a falta de sucesor masculino propone a Juan Carlos, como ya hemos dicho nieto de Alfonso XIII, sucesor con titulo de rey, este hecho consta en la “Ley de sucesión de Jefatura de Estado de 1947″ y ratificada por las Cortes Españolas el 22 de julio de 1969. Aunque por orden de sucesión el trono español pertenecía a Juan de Borbón, las malas relaciones entre Juan y Franco hacían imposible la coronación de Juan después de la muerte del dictador. El 22 de julio de 1969 Juan Carlos presentaría juramento de guardar y hacer guardar las Leyes Fundamentales del Reino y los principios del movimiento nacional, o sea, seguir los objetivos franquistas.

Después de la muerte del dictador acaecida el 20 de noviembre de 1975, Juan Carlos es proclamado rey en las Cortes Españolas jurando acatar de nuevo los principios del movimiento nacional, aunque no tendría más remedio que dirigirse a una democratización del país si quería una estabilidad.

Juan, padre del rey, y verdadero sucesor a la corona española renuncia a sus derechos dinásticos viendo la imposibilidad de acceder personalmente al trono, ya que el dictador dejó las cosas atadas y bien atadas.

Como vemos la corona de Juan Carlos I no es más que la herencia política de un dictador para salvaguardar su obra que duró casi 40 años de represión, y en nada consta el restablecimiento de la monarquía democráticamente, aunque los monárquicos defienden la votación de la constitución española de 1978, pero que remedio había, si era la única constitución realizada para calmar a todos los bandos en una España recién salida del oscurantismo y un rey apoyado por todo el ejercito del país tal y como dejó ordenado Franco.

Actualmente el régimen pol­ítico español aunque llamado democracia no es en si una democracia, es una monarquía parlamentaria con un jefe de estado, el rey, el cual no fue elegido por el pueblo, con línea sucesoria y según la Constitución Española “Injuzgable” (ningún juez lo puede juzgar).

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